Desde marzo, ante un nacimiento, la ley los autoriza a compartir este beneficio laboral con las madres. Santiago Valiente es uno de los primeros hombres argentinos en hacer uso de una “licencia por maternidad”. Para la madre, la ley contempla una licencia de 180 días, pero prevé que ella puede ceder o compartir con su pareja el uso de esos días.

Santiago Valiente es jefe de turno de la unidad de detención de Río Grande, donde desde marzo último rige en la provincia una ley que equipara los derechos de los hombres con respecto a las mujeres a la hora de tomar licencia laboral por la llegada de un hijo.

La ley, que por ahora rige sólo para la administración pública, busca tanto fomentar que los recién nacidos queden al cuidado de sus padres como poner en igualdad de condiciones en el mercado laboral a las mujeres, muchas veces víctimas de discriminación durante su edad fértil. 

“Si ellos también pueden tomarse licencia quiere decir que no hay razones para creer que una mujer vaya a ser menos productiva en un mismo puesto”, expresó la gobernadora Fabiana Ríos, quien fue impulsora del proyecto.
La ley prevé que los hombres, ante la llegada de un hijo, puedan tomarse 15 días y que en caso de nacimientos múltiples se agreguen 10 días por cada hijo.

En este sentido Valiente “hizo uso de esa licencia, pero cuando llegó el momento de volver al trabajo los mellizos Gabriel y Alejandro todavía eran muy demandantes como para que Marcela, que es sargento de la misma unidad, quedara a cargo”.

Para la madre, la ley contempla una licencia de 180 días, pero prevé que ella puede ceder o compartir con su pareja el uso de esos días. 
Así fue que Marcela y Santiago decidieron restar un mes a la licencia de maternidad de ella y prolongársela a él, mientras que además de los mellizos, son padres de Maximiliano, que tiene ocho años. “Esta licencia fue fundamental”, dijo Valiente.