El joven de 20 años de apellido Contreras, fue procesado desde el juzgado de instrucción 1, a cargo del juez Daniel Cesari Hernández, por el delito de “daños” agravado en este caso por hacer partícipe a un menor de 16 años.
Este sujeto fue detenido años atrás junto a un menor, tras pintar todo el lateral del comercio “Montecarlo” sobre la avenida San Martín, hecho por el cual el comerciante se negó a una mediación, y el juez aplicó un pronunciamiento judicial.
El juez Cesari Hernández, al ser consultado respecto de este fallo poco usual, detalló, “se trata de inscripciones conocidas como graffitis, consistente en haber escrito números en el muro de un local comercial que es importante destacar que tenía sus paredes pulcras, pintadas, arregladas y estéticamente acorde al comercio”.
Respecto de distintas visiones que hay sobre este tipo de hechos, Cesari Hernández agregó, “en esto fue valorado en mi decisorio, que no se trató de una representación artística ni mucho menos, fue una inscripción sin consentimiento del propietario, hecho de madrugada a escondidas, a sabiendas de lo delictual del hecho”.
Hay un debate sobre si estas acciones son constitutivas del delito de daños, o si son una mera contravención o una expresión, “yo tengo mi visión jurídica en que en la sociedad debemos movernos dentro de una interferencia intersubjetiva, un orden que hace el derecho, la ley, si uno quiere expresarse hay determinadas maneras de hacerlo sin perjudicar al otro”.
“Romper un vidrio, pintar un capot es una forma de expresase pero es un daño, también debe considerarse una pintada en un muro. No cuestiono el arte callejero que es enriquecedor culturalmente, eso es una cosa, otra cosa es que alguien sin consultar a otro ciudadano invada su propiedad y daño su estética ornamental, además del perjuicio patrimonial en recuperar esa pared”, concluyó el juez.
El procesamiento es el primero de su tipo para este joven que, a juzgar por la inscripción denominadora, ha marcado numerosas propiedades y espacios públicos de la ciudad.
