La iniciativa es del legislador Pablo Blanco. El proyecto ya fue ingresado y plantea la reglamentación del Consejo de Planificación creado por la Constitución Provincial. Sus decisiones son vinculantes para el sector público y desde la Multisectorial adelantaron apoyo. El radical asegura que ya hay consenso entre alguno de sus pares.
El presidente del bloque radical de la Legislatura fueguina aseguró que ya ingresó el proyecto de reglamentación del Consejo de Planificación, institución creada por la Constitución Provincial, cuyas decisiones son vinculantes para el sector público.
El legislador participó este sábado del programa Dos Preguntan que se emite por Radio Universidad, junto a dos representantes de la Multisectorial, que adelantaron su apoyo a la norma.
Blanco indicó que no es la primera vez que impulsa esta iniciativa, dado que la presentó “en la primera legislatura provincial, en dos oportunidades. A los dos años perdió estado parlamentario y se volvió a presentar. En la segunda legislatura se volvió a presentar dos veces y la segunda vez logramos avanzar un dictamen que no tuvo tratamiento legislativo”, recordó.
Ahora “sobre el fin del año pasado”, volvió a presentar el proyecto de ley cuyo contenido es similar al dictamen que se había elaborado a fines de los ’90 y quedó pendiente de aprobación. “Veremos si logramos avanzar en el tema”, confió, a partir de que en charlas informales con algunos de sus pares, adelantaron acompañamiento. Entre ellos mencionó al oficialista Fabio Marinello, y sostuvo que varios “están dispuestos a avanzar en el tema. Veremos si antes de fin de año se puede reglamentar este artículo muy importante de la Constitución”.
Explicó que el Consejo de Planificación “es similar al Consejo Económico y Social pero tiene una diferencia sustancial: que las resoluciones son orientativas para el sector privado pero son obligatorias para el sector público”.
En cuanto a la composición, dijo que “debe estar incorporado todo el arco productivo, todas las fuerzas del trabajo del sector público provincial y municipal, que son los encargados de delinear el futuro de la provincia”.
Consideró que “debería tener un alto componente técnico” y agregó que hay ejemplos que han tenido éxito, como en la provincia de Neuquén.
“Sería un ámbito de discusión técnico, no tanto político, para planificar entre todos. Ojalá se concrete y después se entienda el sentido de este Consejo de Planificación”, deseó.
Consultado sobre el punto de partida de la temática que tendría que abordar el Consejo, respondió que a su criterio se debería “empezar por la reestructuración del estado”, y por el “aprovechamiento de los recursos naturales para ver hacia dónde se quiere orientar a la provincia”.
Entre los recursos naturales, incluyó el tema ganadero, dada la crítica situación de la producción ovina característica de la provincia en otros años. “No sé si es lo más adecuado pasar del ganado ovino al bovino, uno escucha que el tema de los perros ha hecho que muchos cambien el perfil de la producción pero no sé si es lo más acertado. Seguramente un organismo como este puede orientar y es esencial que sea obligatorio para el sector público”, subrayó, a fin de que las decisiones que se tomen no sean producto “del capricho del gobernante de turno sino la dirección que le están dando los sectores productivos de la sociedad”.
Primeros apoyos
Además de algunos legisladores que estarían dando aval de manera informal a esta iniciativa, se sumaron representantes del sector rural y profesional de la provincia. Fernando Glubich, integrante de la Sociedad Rural; y Luciano Morandi, miembro del Colegio de Arquitectos, compartieron la mesa de debate con el legislador Blanco y adelantaron su opinión.
En principio Glubich corroboró que debieron vender los ovinos “debido al ataque permanente de perros cimarrones. Todavía no logramos tener una respuesta efectiva y en nuestro caso nos hemos dedicado exclusivamente al ganado bovino en la ruta complementaria A. En este momento quedan dos establecimientos nada más con ovinos. Eso ha hecho bajar los stocks de ovinos notablemente, no solamente en cuanto a carne sino a producción lanera”.
Atribuyó esta situación crítica en un producto tradicional y con marca fueguina a que “no fue sujeto a una planificación, por no haber contado con un consejo o un organismo que integre distintos sectores. Si se quiere revertir este proceso va a llevar muchos años”, advirtió.
También hizo una autocrítica del sector, admitiendo que “no hemos tenido la capacidad de funcionar de un modo gremial y tener una representación efectiva en diversos extractos políticos. Es una falla que hemos mostrado a lo largo del tiempo. Hay una falta de diálogo y comunicación no sólo con la dirigencia política sino con la sociedad”, manifestó.
En un intento de revertir esta situación, se mostró optimista por la conformación de la Multisectorial, que encabeza el nuevo presidente de la Sociedad Rural César Vargas. Dijo que en el primer encuentro “se escuchó la situación de distintos sectores y hubo un denominador común vinculado con la presión fiscal que afecta las finanzas privadas”.
Apuntó que acordaron elaborar un documento conjunto –difundido ayer- donde “se pueda vislumbrar algún análisis y ciertas consideraciones para seguir trabajando a futuro. No sé si esta convocatoria de la Rural está bien encauzada, simplemente se han juntado en la sede de la Oveja Negra para que cada uno manifieste los problemas. El camino es dialogar, discutir, y no cerrar las puertas a nadie. La gente que no sepa escuchar va a tener problemas graves”, señaló.
Reconoció que en la provincia “hay problemas que nos han sobrepasado y otros que ni siquiera están sujetos a análisis. Realmente es un barco a la deriva en un montón de aspectos”.
Volvió a valorar la importancia de un Consejo de Planificación que aporte “una mirada integral” de los problemas, dado que no todo pasa por la cuestión numérica. Hasta ahora los análisis de rentabilidad no dieron resultados positivos al momento de evaluar la instalación de un lavadero de lana, que agregara valor al producto, o apuntalar la manufactura de carne ovina o bovina. “El resultado no tiene que ser solamente económico sino social”, indicó.
La urgencia
Blanco observó que la planificación no puede esperar y hay que “apurarse con el tema porque a la 19640 le quedan diez años y en la vida de una provincia son un suspiro”.
Sostuvo que la ley “fue positiva en muchas cosas” pero tuvo como efecto negativo la pasividad frente a la ayuda que viene de Nación. Agregó que esto trae “algunas consecuencias colaterales que influyen mucho, hay mucha mano de obra ocupada y con salarios altos, que sube el nivel de salarios de todo el mundo. Pero hay que ir pensando no en reemplazarla sino buscarle un sostén para que la provincia tenga otra posibilidad de desarrollo, si pasa algo con la ley”.
Planificación seria
Por su parte el arquitecto Luciano Morandi, representante del colegio de profesionales de esta actividad, destacó la planificación como un paso fundamental para ver “hacia dónde crecen las ciudades, los ejes de crecimiento de la provincia y últimamente se habla mucho a nivel región porque existe la sinergia a nivel nacional. La planificación bien entendida da sustento a una mejor calidad de vida, a inversiones ciertas del estado y del sector privado, para complementarse o sustituirse alternativamente, optimizando recursos”, dijo.
Mencionó que “los países desarrollados logran ese estatus a partir de una planificación seria” y advirtió que “tenemos una ley de promoción industrial y ya hemos perdido 40 años en evaluar un desarrollo cierto y genuino para la provincia, con las potencialidades locales y la materia prima que pueda haber”.
Dado que se compara siempre el régimen con Manaos, recordó que esa ley de promoción “tiene la misma antigüedad que Tierra del Fuego, pero esa ley tenía una planificación cierta a lo largo del tiempo con cortes regulatorios cada cinco o diez años dependiendo de la actividad. Al principio era sólo el 5% de insumos de origen local, hoy es el 90% de integración de manufacturas locales para la producción. Ahí vemos un aprovechamiento real y cierto, que está faltando en la provincia”, comparó.
También tuvo en cuenta los “ciclos económicos” del país y la provincia, donde “tenemos captación de migración del resto del país y crece nuestra ciudad. Por otro lado cuando tenemos malas épocas económicas hay una emigración del lugar de origen”.
En función de estas características locales, consideró que “dentro de la planificación es importante saber qué escala de provincia y de ciudad debemos tener y hasta dónde es sostenible en el tiempo para un desarrollo cierto la cantidad de habitantes que tiene que tener cada ciudad. Con eso, lograr políticas que favorezcan el arraigo pero con ciertas limitantes para que esto no se escape de las manos. En las mejores épocas hay que estar preparados para el peor escenario, cosa que ahora no se está haciendo”, señaló.
Turismo abandonado
En materia de recursos turísticos, si bien es destacable el esfuerzo y crecimiento en Ushuaia, sigue abandonada la zona norte y se deterioran edificios públicos como las hosterías.
Se analizó en la mesa la posibilidad de que esos bienes pasen al IPAUSS como parte del pago de la deuda histórica, pero el legislador Blanco observó que debe cambiar también la mentalidad del Directorio, para encarar esas inversiones.
El arquitecto Morandi recordó que en los ’90 las hosterías funcionaban y eran visitadas asiduamente por los habitantes de la provincia, como el caso de Yehuin. “Hay que tomar acción directa y a pesar de las críticas que pueda generar, creo que es mejor una mala concesión que la situación de saqueo a la que han sido sometidas. No podemos permitir que en la provincia caigan en ese estado de deterioro y abandono los edificios públicos, y me parece mejor una concesión más blanda, haciéndola cumplir para evitar que lo dejen en situación de abandono y ultraje, y que tenga un componente social”, propició.
Citó como ejemplo el pliego del Martial, con costos que prevén el acceso a personas de menores recursos. “Una concesión más económica es mil veces mejor que el abandono”, remarcó.
Glubich apuntó que “hoy prácticamente la única hostería que se puede salvar es Petrel, para no llegar a la situación de Yehuin y San Pablo, que son irrecuperables, y donde habría que plantear si no vale la pena hacer una nueva hostería porque se han llevado todo. El estado tiene que poner hoy la atención en centros turísticos y paradores públicos que todavía son rescatables”, pidió, como también “ser lo más expeditivo posible y realista”, para sortear la burocracia estatal.
Respecto del pago al IPAUSS con estas propiedades, Blanco opinó que hay que “hacer producir esos bienes” porque el ente previsional debe pagar jubilaciones y se necesita dinero. Puso en duda que haya capacidad para hacerlo, y se preguntó “qué pasó con el hotel Las Lengas, que es del IPAUSS. Estuvimos dos años y medio sin poder llamar a licitación, después tuvimos todo auditado por el Tribunal de Cuentas. Mejor que se dé la concesión a otros”, prefirió a partir de estas experiencias.
“Sería una muy buena idea pagarle al IPAUSS con estos bienes pero el IPAUSS tiene que tener una mentalidad distinta. Tienen 90 millones a plazo fijo al 6% anual (de interés) y los jubilados están cobrando en cuotas”, planteó como otro ejemplo de la falta de voluntad o capacidad para poner a producir los bienes.
Una buena iniciativa
Finalmente el arquitecto Morandi quiso “rescatar la necesidad del Consejo de Planificación”, que podrá evaluar todos estos temas y emitir su dictamen. “Creo que es una herramienta que nos debemos los fueguinos para empezar a tener un desarrollo cierto, con una visión de futuro y sostenida en el tiempo”, dijo.
Por su parte Glubich marcó la “necesidad de sentarse a dialogar todos los sectores. Es momento de llamar a la humildad, al consenso, a tirar todos para el mismo lado. Muchas veces nos quedamos entre los partidos y los distintos sectores reclamando cosas particulares y dejamos de ver el bien común”, observó, y agregó que “hay mucho por hacer y de modo urgente, por eso hay que apurarse para entablar estos diálogos. El Consejo es una herramienta más que importante, ojalá se lleve adelante y sea un órgano ejecutivo”.
Blanco cerró con un mensaje que instó a “bajar un poquito nuestras banderas particulares y pensar en el conjunto. Cada uno de los sectores tiene derecho a reclamar por el sector que representa. Algunos tienen la responsabilidad de determinar por el conjunto, que a veces no da el cien por cien de lo que se reclama. Hay que tener tolerancia y compromiso porque a Tierra del Fuego la tenemos que hacer entre todos”, subrayó.
El legislador participó este sábado del programa Dos Preguntan que se emite por Radio Universidad, junto a dos representantes de la Multisectorial, que adelantaron su apoyo a la norma.
Blanco indicó que no es la primera vez que impulsa esta iniciativa, dado que la presentó “en la primera legislatura provincial, en dos oportunidades. A los dos años perdió estado parlamentario y se volvió a presentar. En la segunda legislatura se volvió a presentar dos veces y la segunda vez logramos avanzar un dictamen que no tuvo tratamiento legislativo”, recordó.
Ahora “sobre el fin del año pasado”, volvió a presentar el proyecto de ley cuyo contenido es similar al dictamen que se había elaborado a fines de los ’90 y quedó pendiente de aprobación. “Veremos si logramos avanzar en el tema”, confió, a partir de que en charlas informales con algunos de sus pares, adelantaron acompañamiento. Entre ellos mencionó al oficialista Fabio Marinello, y sostuvo que varios “están dispuestos a avanzar en el tema. Veremos si antes de fin de año se puede reglamentar este artículo muy importante de la Constitución”.
Explicó que el Consejo de Planificación “es similar al Consejo Económico y Social pero tiene una diferencia sustancial: que las resoluciones son orientativas para el sector privado pero son obligatorias para el sector público”.
En cuanto a la composición, dijo que “debe estar incorporado todo el arco productivo, todas las fuerzas del trabajo del sector público provincial y municipal, que son los encargados de delinear el futuro de la provincia”.
Consideró que “debería tener un alto componente técnico” y agregó que hay ejemplos que han tenido éxito, como en la provincia de Neuquén.
“Sería un ámbito de discusión técnico, no tanto político, para planificar entre todos. Ojalá se concrete y después se entienda el sentido de este Consejo de Planificación”, deseó.
Consultado sobre el punto de partida de la temática que tendría que abordar el Consejo, respondió que a su criterio se debería “empezar por la reestructuración del estado”, y por el “aprovechamiento de los recursos naturales para ver hacia dónde se quiere orientar a la provincia”.
Entre los recursos naturales, incluyó el tema ganadero, dada la crítica situación de la producción ovina característica de la provincia en otros años. “No sé si es lo más adecuado pasar del ganado ovino al bovino, uno escucha que el tema de los perros ha hecho que muchos cambien el perfil de la producción pero no sé si es lo más acertado. Seguramente un organismo como este puede orientar y es esencial que sea obligatorio para el sector público”, subrayó, a fin de que las decisiones que se tomen no sean producto “del capricho del gobernante de turno sino la dirección que le están dando los sectores productivos de la sociedad”.
Primeros apoyos
Además de algunos legisladores que estarían dando aval de manera informal a esta iniciativa, se sumaron representantes del sector rural y profesional de la provincia. Fernando Glubich, integrante de la Sociedad Rural; y Luciano Morandi, miembro del Colegio de Arquitectos, compartieron la mesa de debate con el legislador Blanco y adelantaron su opinión.
En principio Glubich corroboró que debieron vender los ovinos “debido al ataque permanente de perros cimarrones. Todavía no logramos tener una respuesta efectiva y en nuestro caso nos hemos dedicado exclusivamente al ganado bovino en la ruta complementaria A. En este momento quedan dos establecimientos nada más con ovinos. Eso ha hecho bajar los stocks de ovinos notablemente, no solamente en cuanto a carne sino a producción lanera”.
Atribuyó esta situación crítica en un producto tradicional y con marca fueguina a que “no fue sujeto a una planificación, por no haber contado con un consejo o un organismo que integre distintos sectores. Si se quiere revertir este proceso va a llevar muchos años”, advirtió.
También hizo una autocrítica del sector, admitiendo que “no hemos tenido la capacidad de funcionar de un modo gremial y tener una representación efectiva en diversos extractos políticos. Es una falla que hemos mostrado a lo largo del tiempo. Hay una falta de diálogo y comunicación no sólo con la dirigencia política sino con la sociedad”, manifestó.
En un intento de revertir esta situación, se mostró optimista por la conformación de la Multisectorial, que encabeza el nuevo presidente de la Sociedad Rural César Vargas. Dijo que en el primer encuentro “se escuchó la situación de distintos sectores y hubo un denominador común vinculado con la presión fiscal que afecta las finanzas privadas”.
Apuntó que acordaron elaborar un documento conjunto –difundido ayer- donde “se pueda vislumbrar algún análisis y ciertas consideraciones para seguir trabajando a futuro. No sé si esta convocatoria de la Rural está bien encauzada, simplemente se han juntado en la sede de la Oveja Negra para que cada uno manifieste los problemas. El camino es dialogar, discutir, y no cerrar las puertas a nadie. La gente que no sepa escuchar va a tener problemas graves”, señaló.
Reconoció que en la provincia “hay problemas que nos han sobrepasado y otros que ni siquiera están sujetos a análisis. Realmente es un barco a la deriva en un montón de aspectos”.
Volvió a valorar la importancia de un Consejo de Planificación que aporte “una mirada integral” de los problemas, dado que no todo pasa por la cuestión numérica. Hasta ahora los análisis de rentabilidad no dieron resultados positivos al momento de evaluar la instalación de un lavadero de lana, que agregara valor al producto, o apuntalar la manufactura de carne ovina o bovina. “El resultado no tiene que ser solamente económico sino social”, indicó.
La urgencia
Blanco observó que la planificación no puede esperar y hay que “apurarse con el tema porque a la 19640 le quedan diez años y en la vida de una provincia son un suspiro”.
Sostuvo que la ley “fue positiva en muchas cosas” pero tuvo como efecto negativo la pasividad frente a la ayuda que viene de Nación. Agregó que esto trae “algunas consecuencias colaterales que influyen mucho, hay mucha mano de obra ocupada y con salarios altos, que sube el nivel de salarios de todo el mundo. Pero hay que ir pensando no en reemplazarla sino buscarle un sostén para que la provincia tenga otra posibilidad de desarrollo, si pasa algo con la ley”.
Planificación seria
Por su parte el arquitecto Luciano Morandi, representante del colegio de profesionales de esta actividad, destacó la planificación como un paso fundamental para ver “hacia dónde crecen las ciudades, los ejes de crecimiento de la provincia y últimamente se habla mucho a nivel región porque existe la sinergia a nivel nacional. La planificación bien entendida da sustento a una mejor calidad de vida, a inversiones ciertas del estado y del sector privado, para complementarse o sustituirse alternativamente, optimizando recursos”, dijo.
Mencionó que “los países desarrollados logran ese estatus a partir de una planificación seria” y advirtió que “tenemos una ley de promoción industrial y ya hemos perdido 40 años en evaluar un desarrollo cierto y genuino para la provincia, con las potencialidades locales y la materia prima que pueda haber”.
Dado que se compara siempre el régimen con Manaos, recordó que esa ley de promoción “tiene la misma antigüedad que Tierra del Fuego, pero esa ley tenía una planificación cierta a lo largo del tiempo con cortes regulatorios cada cinco o diez años dependiendo de la actividad. Al principio era sólo el 5% de insumos de origen local, hoy es el 90% de integración de manufacturas locales para la producción. Ahí vemos un aprovechamiento real y cierto, que está faltando en la provincia”, comparó.
También tuvo en cuenta los “ciclos económicos” del país y la provincia, donde “tenemos captación de migración del resto del país y crece nuestra ciudad. Por otro lado cuando tenemos malas épocas económicas hay una emigración del lugar de origen”.
En función de estas características locales, consideró que “dentro de la planificación es importante saber qué escala de provincia y de ciudad debemos tener y hasta dónde es sostenible en el tiempo para un desarrollo cierto la cantidad de habitantes que tiene que tener cada ciudad. Con eso, lograr políticas que favorezcan el arraigo pero con ciertas limitantes para que esto no se escape de las manos. En las mejores épocas hay que estar preparados para el peor escenario, cosa que ahora no se está haciendo”, señaló.
Turismo abandonado
En materia de recursos turísticos, si bien es destacable el esfuerzo y crecimiento en Ushuaia, sigue abandonada la zona norte y se deterioran edificios públicos como las hosterías.
Se analizó en la mesa la posibilidad de que esos bienes pasen al IPAUSS como parte del pago de la deuda histórica, pero el legislador Blanco observó que debe cambiar también la mentalidad del Directorio, para encarar esas inversiones.
El arquitecto Morandi recordó que en los ’90 las hosterías funcionaban y eran visitadas asiduamente por los habitantes de la provincia, como el caso de Yehuin. “Hay que tomar acción directa y a pesar de las críticas que pueda generar, creo que es mejor una mala concesión que la situación de saqueo a la que han sido sometidas. No podemos permitir que en la provincia caigan en ese estado de deterioro y abandono los edificios públicos, y me parece mejor una concesión más blanda, haciéndola cumplir para evitar que lo dejen en situación de abandono y ultraje, y que tenga un componente social”, propició.
Citó como ejemplo el pliego del Martial, con costos que prevén el acceso a personas de menores recursos. “Una concesión más económica es mil veces mejor que el abandono”, remarcó.
Glubich apuntó que “hoy prácticamente la única hostería que se puede salvar es Petrel, para no llegar a la situación de Yehuin y San Pablo, que son irrecuperables, y donde habría que plantear si no vale la pena hacer una nueva hostería porque se han llevado todo. El estado tiene que poner hoy la atención en centros turísticos y paradores públicos que todavía son rescatables”, pidió, como también “ser lo más expeditivo posible y realista”, para sortear la burocracia estatal.
Respecto del pago al IPAUSS con estas propiedades, Blanco opinó que hay que “hacer producir esos bienes” porque el ente previsional debe pagar jubilaciones y se necesita dinero. Puso en duda que haya capacidad para hacerlo, y se preguntó “qué pasó con el hotel Las Lengas, que es del IPAUSS. Estuvimos dos años y medio sin poder llamar a licitación, después tuvimos todo auditado por el Tribunal de Cuentas. Mejor que se dé la concesión a otros”, prefirió a partir de estas experiencias.
“Sería una muy buena idea pagarle al IPAUSS con estos bienes pero el IPAUSS tiene que tener una mentalidad distinta. Tienen 90 millones a plazo fijo al 6% anual (de interés) y los jubilados están cobrando en cuotas”, planteó como otro ejemplo de la falta de voluntad o capacidad para poner a producir los bienes.
Una buena iniciativa
Finalmente el arquitecto Morandi quiso “rescatar la necesidad del Consejo de Planificación”, que podrá evaluar todos estos temas y emitir su dictamen. “Creo que es una herramienta que nos debemos los fueguinos para empezar a tener un desarrollo cierto, con una visión de futuro y sostenida en el tiempo”, dijo.
Por su parte Glubich marcó la “necesidad de sentarse a dialogar todos los sectores. Es momento de llamar a la humildad, al consenso, a tirar todos para el mismo lado. Muchas veces nos quedamos entre los partidos y los distintos sectores reclamando cosas particulares y dejamos de ver el bien común”, observó, y agregó que “hay mucho por hacer y de modo urgente, por eso hay que apurarse para entablar estos diálogos. El Consejo es una herramienta más que importante, ojalá se lleve adelante y sea un órgano ejecutivo”.
Blanco cerró con un mensaje que instó a “bajar un poquito nuestras banderas particulares y pensar en el conjunto. Cada uno de los sectores tiene derecho a reclamar por el sector que representa. Algunos tienen la responsabilidad de determinar por el conjunto, que a veces no da el cien por cien de lo que se reclama. Hay que tener tolerancia y compromiso porque a Tierra del Fuego la tenemos que hacer entre todos”, subrayó.
