Darwin González tiene 75 años y hace 10 años que está alojado en el Centro de Adultos Mayores en Río Grande. Durante este tiempo fue víctima de robo en 3 oportunidades. Además, aseguró que las condiciones de vida del lugar distan de ser las adecuadas. Comida que “viene fría y toda hecha un masacote”, falta de atención médica adecuada y tener que pagar para que le hagan la cama, son algunas de las situaciones que vive a diario.
“Mi vida es un aburrimiento continuo desde que me levanto hasta me acuesto. La única salida tengo es cuando me llevan a cobrar. El que me cuida me sale 100 pesos hasta el banco y 100 hasta acá”, expuso en FM Aire Libre.
González comentó que “yo cobro 3000 pesos por mes y no gasto mas de 1500 pesos. Entonces todos los meses me sobra y lo voy guardando, no se para qué, para el cajón o solo para tener unos pesos. Y esa plata me la roban. Tuve que poner una cadena con candado. De noche me dan dos o tres pastillas de mas y cuando me duermo me roban. Me robaron unos 12 mil pesos. Es la tercera vez que me roban. Y no hay a quien acusar porque uno no lo ve”.
“Ahora hice la denuncia por no tengo nada perder y estoy en mi derecho. Pero el jefe que estaba antes me decía que me deje de joder, que era un inválido de mierda y que de dónde iba a sacar tanta plata”, relató.
Sobre la atención médica que reciben, comentó que “cuando viene un médico es porque llaman al hospital porque hay alguien grave que está por irse. Entonces viene el médico, lo llevan, tratan de compensarlo, lo nivelan un poco y lo traen de vuelta. Las enfermeras cada tres o cuatro meses sacan sangre y llevan orina. A mi me toman la glucemia”.
El abuelo dio cuenta además de la pésima calidad de la comida que sirven en el Centro. “Si viene la dieta de diabéticos es todos los días puré de zapallo, zanahoria cortada en rodajas y pedazos de carne hervida. Un día lo comes, dos también y al quinto no queres saber nada. Viene fría y toda hecha un masacote. Si pido dieta natural, es un poco mas comible. Pero todo es un desastre”.
Incluso mencionó que “no tengo piernas, entonces si no me dan vuelta el colchón, se hace un pozo. Y me molesta al dormir. Yo ofrecí plata para que me lo den vuelta y aceptaron enseguida. Es jodido, pero es humano después de todo. El personal de limpieza dice que no les corresponde hacer la cama. Y las enfermeras dicen que no tiene tiempo. Entonces no es que pago, doy una propina para que me arreglen la cama”.
Pidió que “cambien la gente y que no tengan tanto tiempo a la gente en una institución como esta. En un hospital cambian los enfermos, los tratamientos, acá es una estabilidad hasta la muerte. Entonces como no hay recuperación, lo único que hay es atención, limpieza, cambiar la ropa”.
