Karen Rodríguez es vecina de Tolhuin y mamá de Lisandro, de 1 año y 9 meses, quien sufrió un trágico accidente domiciliario y luego de varias derivaciones, hoy se encuentra internado en el Hospital Regional Ushuaia. Allí viven también sus padres, por no contar con una vivienda apta para cuidar al menor.
Ante la falta de solución por parte de dependencias gubernamentales y municipales, Rodríguez decidió hacer pública su situación.
De esta manera, en declaraciones a FM Centro, explicó que “a Lisandro hace 9 meses se le cayó una olla de aceite cuando estábamos de visita en la casa de la abuela en Ushuaia, en el hospital por la falta de médicos no se lo pudo atender a tiempo, y sufrió un paro cardiorrespiratorio que le provocó la falta de oxigeno al cerebro”.
“Tiene encefalopatía crónica, una cuadriparesia y una parálisis de la corteza cerebral”, detalló.
Luego el menor fue derivado a Río Grande, donde permaneció internado un mes en coma en el CMET, “cuando se despierta el doctor me informa del daño neurológico y había que empezar a tratarlo, para ello debían trasladarlo a un lugar de mayor complejidad”, comentó la mamá.
Tras un reiterado reclamo para garantizar el traslado, los padres y el niño viajaron finalmente a Mar del Plata al Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS).
En el mismo se les informó que “no trataban quemados ni niños pequeños, por lo que él fue el primer bebé en ser internado en ese lugar”.
“Esta derivación la evalúa el área de prestaciones médicas dependiente de acción social, mi hijo hacia un mes que había sufrido el accidente y tenía el 70% del cuerpo quemado, pero lo mandaron igual sin importarle su vida”, lamentó.
“Posteriormente por las condiciones de Lisandro lo derivaron al Hospital Materno Infantil de Mar de Plata, allí estuvo 3 meses en terapia y cuando salió se lo pasó a INAREPS a realizar la rehabilitación”, indicó.
De esta manera, hace un mes se le dio el alta a Lisandro, asegurándoles que podía volver a su casa y que debía realizar un tratamiento físico–mental en el Hospital Naval de Ushuaia.
“Cuando llegamos nos encontramos que ni siquiera a la casa de la abuela podíamos ir porque no está en condiciones, ya que Lisandro necesita su propio espacio para utilizar determinados aparatos necesarios para vivir”, expresó Rodríguez, recordando que la documentación sobre su situación se envió con una anticipación de 3 meses al área de acción social.
La madre señaló la importancia de contar con un lugar apto para vivir ya que el niño va a utilizar aparatología de por vida, a medida que vaya creciendo “porque su estado es irreversible y crónico”.
“Tenemos que estar en el hospital porque no tenemos donde vivir, y mientras esté aquí no puede realizar sus terapias en el Hospital Naval, porque sería injusto llevarlo con otras criaturas que tengan una condición parecida, puesto que puede llevar un virus del hospital”, explicó.
En torno a las respuestas del Estado, Rodríguez comentó que “fuimos a Desarrollo Social de la Municipalidad y nos dijeron que no hay casa ni terreno, y en el Ministerio de Desarrollo Social de Gobierno nos expresaron que este caso no les compete”, lamentó.
Asimismo aclaró que “no exigimos nada gratis, queremos un lugar donde mi hijo no corra riesgo, ya que en el hospital puede sufrir infecciones intrahospitalarias y él no tiene defensas”.
“No es un capricho que me quiera quedar acá”, agregó la mamá del niño hospitalizado, explicando que ni en Río Grande ni en Tolhuin realizan el tipo de rehabilitación que Lisandro necesita, la cual se efectúa en el Hospital Naval en Ushuaia.

Presunta mala praxis

Por otra parte, Rodríguez se refirió a la atención en el HRU en el momento en el que su hijo sufrió el accidente, “el cirujano pediátrico estaba enfermo, igual se lo llamó y lo atendió”, pero “no había terapista ni cirujano, por lo que no se lo podía ingresar al quirófano para intubarlo ni a terapia intensiva porque no había doctores”.
“Esa tardanza fue clave y pasaron las horas hasta que entro en paro cardiorespitatorio”, recordó.
En este sentido, sostuvo que “demoraron 10 horas hasta que vino un médico de Río Grande a intubarlo”.
Consultada sobre si realizó algún tipo de denuncia al respecto, la vecina indicó que “me dijeron que esto se investiga con abogado privado y no tengo la plata para pagarlo. Fui al Juzgado y también expuse el tema de la vivienda y se me dijo que esto se soluciona por política, porque por la ley tarda mucho”.
Conjuntamente anticipó que hoy (por ayer) mantendrá una reunión con el Defensor de Menores, Pobres, Incapaces y Ausentes ante el Superior Tribunal de Justicia, Gustavo Ariznabarreta.
“Necesito una vivienda donde pueda estar sin correr riesgo y nadie se hace cargo, apelo al corazón al lado humano”, recalcó la mamá, manifestando que por cualquier ayuda que se desee realizar se encuentra en la habitación N° 5 de la sala de internación pediátrica en el HRU.

Fuente El Diario del Fin del Mundo