El incidente se produjo en la tarde noche del pasado lunes cuando comenzó a arder una vivienda de calle Wonska 140 de la margen sur, a metros del destacamento de la Asociación de Bomberos Voluntarios. Tal como viene sucediendo con esta asociación, cuando el cuartel no está cerrado, en este caso se encontraba con un solo cuartelero, el cual fue blanco de la indignación de los vecinos. La comisión directiva de Bomberos Voluntarios que no se sabe que destino da a los fondos públicos para mantener operativos estos cuarteles, como contrapartida decidió cerrar y dejar desprotegido a todo este sector de Río Grande.
El incendio se produjo en Wonska 140 cuando dos chicos jugaban sobre colchones que se prendieron fuego, y el propietario entró en pánico cuando la casa estaba en llamas, sin saber que los menores habían salido por otra puerta.
Todo esto ocurría a metros del destacamento margen sur de Bomberos Voluntarios, hasta donde habrían llegado un grupo de vecinos indignados a reclamar por la falta de una rápida respuesta ante el siniestro.
Allí se encontraron con que en el cuartel había un solo bombero, Jhonatan Asencio, quien se encontraba de guardia y recibió el reclamo de los vecinos.
El joven bombero aseguró que allí fue arrebatado por la gente, siendo agredido y llevado hasta el lugar del incendio, asegurándose desde la asociación de Bomberos que la gente lo ingresó al lugar del incendio cuando no contaba con el equipo adecuado.
Finalmente el mencionado bombero terminó con lesiones leves hospitalizado, radicándose la denuncia por presunta agresión y produciéndose luego el cierre del cuartel de bomberos en una polémica determinación de la comisión directiva de la Asociación de Bomberos, aduciendo que recibían ataques a pedradas durante la noche de ayer.
Investigación policial
Una vez ocurrido el incendio la Policía a través de la comisaría Quinta tomó la denuncia por la presunta agresión e inició un relevamiento por la zona buscando dar con los vecinos que presuntamente atacaron al bombero Asencio en el cuartel.
Allí el servidor público no pudo precisar a sus presuntos atacantes e incluso habló de un vecino que salió en su defensa, al que tampoco se pudo identificar a fin de que pueda aportar más elementos.
En ese sentido se contó con el testimonio de la esposa del propietario de la vivienda siniestrada, que aseguró fue ella quien se dirigió personalmente al destacamento de Bomberos a reclamar la presencia de los servidores públicos, y que luego Asencio se hizo presente en el lugar –en total soledad- y sin el equipamiento correspondiente para poder actuar.
Los efectivos policiales que intervinieron de la comisaría Quinta aseguraron no haber observado en ningún momento agresión física alguna, por lo que las versiones son confusas respecto de lo sucedido.
Solo una cosa es cierta, y tal ocurriera semanas atrás en el destacamento de la misma Asociación de Bomberos en Chacra XI, un nuevo siniestro constata que los fondos públicos que se perciben para mantener operativos los cuarteles se desconoce que finalidad tienen, si los mismos se encuentran cerrados o sin un destacamento de personal adecuado para hacer frente a una emergencia de este tipo.
