Lo sostuvo la licenciada Cecilia Merchán, coordinadora del Comité Ejecutivo contra la Trata y Explotación de Personas, quien brindó una conferencia en Río Grande. “Para poder avanzar en contra de la red de trata, lo que tenemos que armar son redes muy sólidas, muy fuertes, y acá lo que se notó es que hay condiciones para crearlas”, afirmó la especialista.

“Creo que hay que tener muy en claro algo; en nuestro país aquella persona que ejerce la prostitución de manera libre, porque es una decisión propia y que la ejerce por ella misma, es legal desde siempre. Es ilegal en nuestro país vender prostitución ajena, entonces los prostíbulos son eso; son lugares donde alguien vende el cuerpo de otra persona, eso no es legal en nuestro país. Y trabajar en contra de la trata de personas, tiene que ver con trabajar en contra de la esclavitud, trabajar en contra de, justamente, la venta de nuestros propios cuerpos como mercancías, tanto la explotación sexual como la explotación laboral”, afirmó Merchán.

“La venta de personas –dijo- ocupa el tercer puesto en el mundo; es aberrante. Hay tres comercios ilegales en el mundo que mueven una cantidad enorme de dinero: una es la venta de drogas, la venta de armas y la venta de personas. Tenemos que pensar qué nos sucede como sociedad para tener un comercio que tiene a las personas como mercadería y como mercancía y, obviamente, es  a dónde tenemos que poner el ojo y tenemos que mirar. Mucho más teniendo en cuenta que de los millones de personas que son sometidas a esa compra y venta, el ochenta y cinco y el noventa por ciento son mujeres con fines de explotación sexual”.

En este sentido, la Licenciada recordó que “cuando hay trata de personas, hay engaño, siempre hay engaño, la trata de personas incluye el engaño de la persona o el rapto, la captación de distintos modos y, fundamentalmente, a través del engaño,  o por un trabajo o porque van a ir a algún lugar; incluso engañarlas de que van a ejercer la prostitución y que, en maneras que ellas piensan que pueden llevar adelante y terminar en un lugar súper explotadas sexualmente, y creo que esto también es algo que hay que ver. Siempre que hay trata hay un engaño o una captación forzosa”.

“Los medios de comunicación tienen un rol muy importante a la hora de profundizar determinados estereotipos, y en este caso, el estereotipo de lo masculino y de lo femenino, que hacen que uno prenda la tele y vea que las mujeres pareciera que fuéramos todas de una manera determina, que ser bellas es tener determinadas medidas, determinadas características y permitir el uso de nuestro cuerpo desde los conductores, los periodistas, de quienes estén a nuestro alrededor. El lugar que ocupamos las mujeres en los medios es muy criticable y creo que los medios tienen  un rol muy importante. Incluso, creo que cuando ocupan un rol, efectivamente, en contra de un delito como este, como fue la novela ‘Vidas Robadas’, también tiene  una lógica multiplicadora muy interesante que potenciar. Los medios, como el Estado, como la sociedad, como cada uno de los ámbitos, cumplen un rol u otro y, creo que en ese sentido, tenemos que apuntar a que los medios también tengan, en vez de reproducir la violencia simbólica, trabaje en contra de ella”, enfatizó.

“La tarea en la que nos embarcamos es el cambio, la transformación cultural; esto es  fundamental para que dejemos de pensar, en nuestra sociedad, que hay personas que podemos ser mercancías”, remarcó la profesional.