El Poder Ejecutivo destinará el año entrante cuatro mil millones de pesos sólo para los salarios correspondientes a su personal de planta, y no tendrá más dinero para funcionar. Fue la cuenta final del secretario de Presupuesto Claudio Blanco, que despejó la parte que les queda del total de ingresos previstos para 2014, cercano a los diez mil millones. Los municipios se llevan el 15% del total, pero para encontrar una salida, el funcionario considera que se deben discutir roles. “De nada sirve que a una administración le vaya bárbaro y la otra no pueda cumplir con lo que necesita” expresó del contraste entre provincia y municipios. Admitió que por mes se producen entre 20 y 25 vacantes en la planta de gobierno, pero que deben ser cubiertas, sin señal de ajuste ni austeridad.
Más ingreso y más gasto en sueldos es la ecuación que se repite año a año en la gestión Ríos, y que ya prevé un 2014 donde los ingresos terminarán casi exclusivamente en salarios.
Ayer por Radio Fueguina el secretario de Presupuesto Claudio Blanco jugó a “despejar X”, para demostrar que del ambicioso proyecto de presupuesto que plantea ingresos superiores a los nueve mil millones de pesos, al Ejecutivo apenas le va a quedar para los sueldos.
Blanco comparó el proyecto 2014 con el presupuesto 2013 y aseguró que “en líneas generales es similar en cuanto a la composición. Quizás lo que asusta un poco son los números, cuando uno habla de nueve mil millones y no tiene la dimensión de lo que puede ser. Para el común de la gente, hablar de nueve mil millones realmente es una cifra que en principio asusta y hasta nos puede resultar difícil de imaginar”, manifestó.
La cifra exponencialmente superior y que sigue creciendo año a año, no es sin embargo una buena noticia en términos de expectativa de mejora en la calidad de servicios, al punto de pretender reinstalar en el debate la discusión de roles con los municipios.
El funcionario invitó a “entender cómo están compuestos estos nueve mil millones. Si tomamos solamente el presupuesto de gastos, deberíamos tratar de explicar cómo está compuesto y de qué estamos hablando”, dijo.
Comenzó por los “1.500 millones que corresponden a los siete organismos descentralizados que tiene la provincia: IPV, INFUETUR, Vialidad, Energía, Obras Sanitarias, Puertos e IPRA”.
“Estos primeros 1.500 millones no son del Ejecutivo sino que son de recaudación y gastos propios de estos organismos”, sostuvo, y apuntó que “hay algunos que son prestadores de servicios natos, como agua y energía”, aclarando que “en ningún momento estoy hablando de la Dirección Provincial de Energía como un ente deficitario”, como sí lo es el IPRA, inexplicablemente y como ‘logro’ de esta gestión.
“Estos 1.500 millones que corresponden a los organismos tienen que ver con la prestación del servicio de cada uno de ellos. El presupuesto no tiene que ver con la función del Ejecutivo nada más, porque hay siete organismos que tienen su propio presupuesto y funcionan por separado, cada uno con su cajita”, explicó.
“De los 7.500 millones que van quedando, hay 1.430 millones que tienen que ver con coparticipación a los municipios”, continuó Blanco, poniéndole número a las transferencias municipales ya acotadas por el fondo solidario, que quedan en un 15% del ingreso total estimado.
Dos 6.000 millones que van quedando, sacando la coparticipación municipal, hay que destinar fondos a “los tres poderes, Tribunal de Cuentas y Fiscalía de Estado”, dijo el Secretario, y estimó en “alrededor de 700 millones” las transferencias para los otros dos poderes –Legislatura y Justicia- y los entes de control –Fiscalía y Tribunal de Cuentas-.
“A esta altura debemos andar en 5.300 millones más o menos. Hay unos 300 millones de transferencias a los Fideicomisos –entre ellos el Fideicomiso Austral-, que administra y paga las obras. Es recurso que se recibe de Nación y pasa directamente al Fideicomiso”, dijo.
“Ya estamos llegando casi a 5.000 millones, sólo para el Poder Ejecutivo”, calculó.
“De esos 5.000, hay alrededor de 500 millones de transferencias corrientes, en su gran mayoría transferencias por ley que tienen que ver con colegios privados, veteranos, pensiones RUPE, pensión fueguina de arraigo, bomberos. Todo eso conforma una masa de 500 millones”, siguió Blanco el “desmembramiento” del total.
“De lo que va quedando, que deben ser unos 4.400 millones, 4.000 millones son gastos en personal”, fue la conclusión, con una cifra sin precedentes sólo para los que dependen del Ejecutivo, y apenas con un saldo para gastos de funcionamiento.
“El gasto en personal tiene que ver con salud, con educación, y los otros millones tienen que ver con el funcionamiento del Estado”, señaló, estimando que del total “el 85 ó 90 por ciento es gasto en personal contra el resto que es funcionamiento”.
“Además hay que esperar que todos los recursos que se presupuestaron ingresen, para cubrir todo esto”, alertó, ante la posibilidad de que quede todavía menos, porque lo único que está asegurado es el gasto, no así el ingreso.
Consultado acerca de si le parece razonable gastar cuatro mil millones en sueldos sólo del Ejecutivo, respondió que “no, de hecho la Constitución marca que los gastos corrientes deberían tender al 50%, pero no hay otro esquema posible”, sostuvo.
La planta política para 2014 mantendrá el número de 2013, con las pocas bajas que resta cumplir, y quedaría estabilizada en alrededor de 400 cargos. También sin ajuste ni racionalidad.
La alternativa de achicar gastos en salarios, dejando de cubrir las vacantes que se están produciendo, muchas de ellas por jubilaciones, tampoco está contemplada. Según Blanco las mismas áreas demandan que se incorporen reemplazos.
Se le preguntó igualmente si no conviene dejar de cubrir esas vacantes, como si no hubiera personal de sobra en el Estado, y concedió que “la lógica diría que sí. De cada mes hay una liberación de 20 ó 25 bajas por mes. Los docentes tienen un relevo automático. La mitad de esas bajas, 8 ó 10 por mes, son del escalafón húmedo, de salud, son médicos y enfermeros y el recambio es prácticamente automático. Los otros 10 ó 12 que quedan tienen que ver con gente que se ha jubilado, que estaba ocupando una dirección o el rango más alto dentro de la administración y que muchas veces necesita ser reemplazada. El requerimiento de las áreas es que se cubra ese lugar que se va dejando. Lo máximo que se puede hacer es mantener congelada la cantidad y sólo remplazar las bajas con cantidades similares”, manifestó.
Reiteró que “el reemplazo es necesario porque se producen agujeros difíciles de completar en esas áreas” y agregó que “el propio requerimiento de las áreas lo hace difícil”.
En materia de salud y educación, con problemas de infraestructura muy serios y sin resolver, no habría grandes modificaciones salvo por fondos nacionales que vengan en asistencia.
Blanco señaló que “en Salud se ha mejorado significativamente la partida”, porque “hablamos de 850 millones, de los cuales 680 tienen que ver con partidas nacionales”.
En Educación parece que todo seguirá igual: “Hablamos de 1.800 millones de gastos, pero el 90% es en personal. En Seguridad pasa lo mismo, en Policía hay alrededor de 1.800 agentes y hablamos de un 85 ó 90% en salarios y el resto es funcionamiento”, detalló.
Dado que en definitiva el gobierno funcionará para pagar sueldos nuevamente, fue consultado Blanco sobre alguna posibilidad de cambio, y la respuesta apuntó a los municipios y la redefinición de roles.
“Ojalá que las cosas cambien y podamos empezar a discutir las competencias de cada uno, lo que tiene que hacer cada nivel de gobierno, sea nacional, provincial y municipal; en función de eso tener los recursos que necesitan y dejarnos de discutir si la culpa es del municipio o la provincia; decir que el servicio lo da equis y tiene los recursos para darlo. De nada sirve que a una administración le vaya bárbaro y la otra no pueda cumplir con lo que necesita. El desbalance le hace mal a todos”, manifestó.
Cabe recordar que Ríos comenzó con 1.400 millones en 2007, reconducido en 2008; atravesó incrementos permanentes y llegó a más cuatro mil en 2011. Hoy es más del doble en menos de tres años el ingreso previsto y no cambió nada: “La ecuación es parecida en todos los presupuestos”, concedió Blanco, y negó que en proporción haya más dinero. “Podrían tomar el valor de una casa, de un litro de leche o cualquier cosa y ver si ahora compran lo mismo”, dijo, como si se hubiera dado una inflación proporcional al incremento del presupuesto de la provincia, cercano al 700% en seis años de gestión.
Ante la pregunta de si los sueldos se multiplicaron por seis o siete veces en ese período, respondió que “seguramente”, porque “la partida de personal es lo que lleva el gasto y lo otro es la coparticipación municipal”.
Ayer por Radio Fueguina el secretario de Presupuesto Claudio Blanco jugó a “despejar X”, para demostrar que del ambicioso proyecto de presupuesto que plantea ingresos superiores a los nueve mil millones de pesos, al Ejecutivo apenas le va a quedar para los sueldos.
Blanco comparó el proyecto 2014 con el presupuesto 2013 y aseguró que “en líneas generales es similar en cuanto a la composición. Quizás lo que asusta un poco son los números, cuando uno habla de nueve mil millones y no tiene la dimensión de lo que puede ser. Para el común de la gente, hablar de nueve mil millones realmente es una cifra que en principio asusta y hasta nos puede resultar difícil de imaginar”, manifestó.
La cifra exponencialmente superior y que sigue creciendo año a año, no es sin embargo una buena noticia en términos de expectativa de mejora en la calidad de servicios, al punto de pretender reinstalar en el debate la discusión de roles con los municipios.
El funcionario invitó a “entender cómo están compuestos estos nueve mil millones. Si tomamos solamente el presupuesto de gastos, deberíamos tratar de explicar cómo está compuesto y de qué estamos hablando”, dijo.
Comenzó por los “1.500 millones que corresponden a los siete organismos descentralizados que tiene la provincia: IPV, INFUETUR, Vialidad, Energía, Obras Sanitarias, Puertos e IPRA”.
“Estos primeros 1.500 millones no son del Ejecutivo sino que son de recaudación y gastos propios de estos organismos”, sostuvo, y apuntó que “hay algunos que son prestadores de servicios natos, como agua y energía”, aclarando que “en ningún momento estoy hablando de la Dirección Provincial de Energía como un ente deficitario”, como sí lo es el IPRA, inexplicablemente y como ‘logro’ de esta gestión.
“Estos 1.500 millones que corresponden a los organismos tienen que ver con la prestación del servicio de cada uno de ellos. El presupuesto no tiene que ver con la función del Ejecutivo nada más, porque hay siete organismos que tienen su propio presupuesto y funcionan por separado, cada uno con su cajita”, explicó.
“De los 7.500 millones que van quedando, hay 1.430 millones que tienen que ver con coparticipación a los municipios”, continuó Blanco, poniéndole número a las transferencias municipales ya acotadas por el fondo solidario, que quedan en un 15% del ingreso total estimado.
Dos 6.000 millones que van quedando, sacando la coparticipación municipal, hay que destinar fondos a “los tres poderes, Tribunal de Cuentas y Fiscalía de Estado”, dijo el Secretario, y estimó en “alrededor de 700 millones” las transferencias para los otros dos poderes –Legislatura y Justicia- y los entes de control –Fiscalía y Tribunal de Cuentas-.
“A esta altura debemos andar en 5.300 millones más o menos. Hay unos 300 millones de transferencias a los Fideicomisos –entre ellos el Fideicomiso Austral-, que administra y paga las obras. Es recurso que se recibe de Nación y pasa directamente al Fideicomiso”, dijo.
“Ya estamos llegando casi a 5.000 millones, sólo para el Poder Ejecutivo”, calculó.
“De esos 5.000, hay alrededor de 500 millones de transferencias corrientes, en su gran mayoría transferencias por ley que tienen que ver con colegios privados, veteranos, pensiones RUPE, pensión fueguina de arraigo, bomberos. Todo eso conforma una masa de 500 millones”, siguió Blanco el “desmembramiento” del total.
“De lo que va quedando, que deben ser unos 4.400 millones, 4.000 millones son gastos en personal”, fue la conclusión, con una cifra sin precedentes sólo para los que dependen del Ejecutivo, y apenas con un saldo para gastos de funcionamiento.
“El gasto en personal tiene que ver con salud, con educación, y los otros millones tienen que ver con el funcionamiento del Estado”, señaló, estimando que del total “el 85 ó 90 por ciento es gasto en personal contra el resto que es funcionamiento”.
“Además hay que esperar que todos los recursos que se presupuestaron ingresen, para cubrir todo esto”, alertó, ante la posibilidad de que quede todavía menos, porque lo único que está asegurado es el gasto, no así el ingreso.
Consultado acerca de si le parece razonable gastar cuatro mil millones en sueldos sólo del Ejecutivo, respondió que “no, de hecho la Constitución marca que los gastos corrientes deberían tender al 50%, pero no hay otro esquema posible”, sostuvo.
La planta política para 2014 mantendrá el número de 2013, con las pocas bajas que resta cumplir, y quedaría estabilizada en alrededor de 400 cargos. También sin ajuste ni racionalidad.
La alternativa de achicar gastos en salarios, dejando de cubrir las vacantes que se están produciendo, muchas de ellas por jubilaciones, tampoco está contemplada. Según Blanco las mismas áreas demandan que se incorporen reemplazos.
Se le preguntó igualmente si no conviene dejar de cubrir esas vacantes, como si no hubiera personal de sobra en el Estado, y concedió que “la lógica diría que sí. De cada mes hay una liberación de 20 ó 25 bajas por mes. Los docentes tienen un relevo automático. La mitad de esas bajas, 8 ó 10 por mes, son del escalafón húmedo, de salud, son médicos y enfermeros y el recambio es prácticamente automático. Los otros 10 ó 12 que quedan tienen que ver con gente que se ha jubilado, que estaba ocupando una dirección o el rango más alto dentro de la administración y que muchas veces necesita ser reemplazada. El requerimiento de las áreas es que se cubra ese lugar que se va dejando. Lo máximo que se puede hacer es mantener congelada la cantidad y sólo remplazar las bajas con cantidades similares”, manifestó.
Reiteró que “el reemplazo es necesario porque se producen agujeros difíciles de completar en esas áreas” y agregó que “el propio requerimiento de las áreas lo hace difícil”.
En materia de salud y educación, con problemas de infraestructura muy serios y sin resolver, no habría grandes modificaciones salvo por fondos nacionales que vengan en asistencia.
Blanco señaló que “en Salud se ha mejorado significativamente la partida”, porque “hablamos de 850 millones, de los cuales 680 tienen que ver con partidas nacionales”.
En Educación parece que todo seguirá igual: “Hablamos de 1.800 millones de gastos, pero el 90% es en personal. En Seguridad pasa lo mismo, en Policía hay alrededor de 1.800 agentes y hablamos de un 85 ó 90% en salarios y el resto es funcionamiento”, detalló.
Dado que en definitiva el gobierno funcionará para pagar sueldos nuevamente, fue consultado Blanco sobre alguna posibilidad de cambio, y la respuesta apuntó a los municipios y la redefinición de roles.
“Ojalá que las cosas cambien y podamos empezar a discutir las competencias de cada uno, lo que tiene que hacer cada nivel de gobierno, sea nacional, provincial y municipal; en función de eso tener los recursos que necesitan y dejarnos de discutir si la culpa es del municipio o la provincia; decir que el servicio lo da equis y tiene los recursos para darlo. De nada sirve que a una administración le vaya bárbaro y la otra no pueda cumplir con lo que necesita. El desbalance le hace mal a todos”, manifestó.
Cabe recordar que Ríos comenzó con 1.400 millones en 2007, reconducido en 2008; atravesó incrementos permanentes y llegó a más cuatro mil en 2011. Hoy es más del doble en menos de tres años el ingreso previsto y no cambió nada: “La ecuación es parecida en todos los presupuestos”, concedió Blanco, y negó que en proporción haya más dinero. “Podrían tomar el valor de una casa, de un litro de leche o cualquier cosa y ver si ahora compran lo mismo”, dijo, como si se hubiera dado una inflación proporcional al incremento del presupuesto de la provincia, cercano al 700% en seis años de gestión.
Ante la pregunta de si los sueldos se multiplicaron por seis o siete veces en ese período, respondió que “seguramente”, porque “la partida de personal es lo que lleva el gasto y lo otro es la coparticipación municipal”.
