El ex integrante del Superior Tribunal de Justicia de la provincia, Ricardo Klass, copió el examen que formó parte del concurso realizado por el Consejo de la Magistratura para seleccionarlo como juez del máximo órgano judicial fueguino. Según una denuncia radicada en 2009 por los abogados Federico Rauch y Antonio Aciar, Klass reprodujo casi textualmente un escrito perteneciente a un libro ya publicado por su autor, sin citarlo nunca y haciendo creer que era una creación propia.
Sin embargo, ahora se conocieron detalles todavía más graves de la maniobra, ya que apareció evidencia de que el ex abogado personal de Carlos Menem no sólo copió el “examen”, sino que además sabía el tema sobre el que iba a ser evaluado por los consejeros, antes de rendir la prueba.
El concurso que concluyó con la elección de Klass como juez de la Corte finalizó el 23 de septiembre de 2002, hace casi once años. Pero las pruebas que demuestran un supuesto fraude en el proceso de selección aparecieron en 2009, hace cuatro años. Quienes las obtuvieron fueron los abogados Rauch y Aciar, a través de un mail llegado a la casilla de correo de su estudio jurídico.
Rauch, que había participado del concurso donde fue elegido Klass, formuló una denuncia penal patrocinado por Aciar. Allí acusó al ex presidente del STJ de haber cometido plagio, y de haberlo hecho para obtener de manera fraudulenta el cargo que luego ostentó.
En un dictamen conocido poco después, el fiscal Mayor Guillermo Massimi admitió la existencia de la copia del trabajo, aunque consideró que no se configuraba el plagio porque no había un perjuicio económico contra el autor real de la obra. Por eso la denuncia fue desestimada por la jueza María Cristina Barrionuevo.
Klass fue entrevistado en el concurso para ser juez del STJ el 17 de septiembre de 2002. Luego de finalizar la entrevista con los miembros del Consejo de la Magistratura, el hombre que se convertiría en el máximo jefe del Poder Judicial fueguino fue invitado a sacar un papel del interior de una caja de zapatos. En el papelito, supuestamente elegido al azar, figuraba el tema sobre el que debía elaborar un escrito. Los consejeros siguen llamando examen a este procedimiento, a pesar de que carece de los más mínimos controles de una evaluación y de que no es corregido ni merituado por ningún jurado académico.
Los cierto es que Klass, con el papelito en su poder, fue llevado hasta una oficina de la Fiscalía de Estado, cuyo edificio es lindante con el Consejo de la Magistratura, en la avenida Alem, a los fines de realizar su “examen” en soledad, con una computadora e impresora a disposición. Según el reglamento interno del organismo, el candidato disponía de cuatro horas para completar la tarea.
El abogado presentó un trabajo firmado de puño y letra, al que tituló “Naturaleza institucional de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.
Según la denuncia de Rauch en 2009, ese escrito es prácticamente idéntico, con el agregado de unos pocos párrafos, al que puede leerse en el libro “La Corte Suprema y el control político”, elaborado por el Dr. Alfonso Santiago (h) en 1998 como tesis doctoral y publicado por la editorial Ábaco.
Rauch explica que este tipo de plagio se conoce en doctrina como “inteligente”, porque no consiste en un mero “copiar y pegar”, sino que conlleva “la tarea intelectual de interpretación del significado y alcances del mismo, eliminando las frases y/o palabras que, en el contexto del trabajo presentado resultaban inconexas o inapropiadas a su criterio. Esta tarea demuestra que el denunciado sabía perfectamente lo que estaba haciendo y los alcances y consecuencias de sus actos, al punto que realizó un maquillaje del texto, modificándolo ligeramente y agregándole un par de párrafos propios para que el trabajo presentado no fuera una copia textual y total del texto plagiado”, razona el letrado.
El denunciante también hace hincapié en que al momento del concurso, en 2002, el libro de Santiago era muy conocido en la comunidad jurídica, por tratarse de uno de los pocos trabajos que abordaron el tema. Por ello, desliza como llamativo que desde ese momento y hasta la renuncia de Klass en 2006, en medio de una catarata de pedidos de juicio político, ningún consejero se haya dado cuenta del plagio.
“Ciertamente, una pesquisa dedicada y honesta acerca del denunciado, hubiera llevado a reactualizar su legajo personal existente en el Consejo, no pudiendo un abogado con experiencia en materia de gobierno y administración pública dejar de conocer y recordar el pensamiento y la doctrina expuesta y reseñada por el Dr. Santiago en una materia central relacionada con las funciones del Consejo de la Magistratura y advertir así el burdo plagio efectuado por el denunciado Klass”, se afirma en la denuncia judicial.
Pero la parte más contundente, y hasta ahora desconocida, de la acusación contra Klass, consiste en que el estudio Rauch y Aciar recibió por mail (desde una dirección anónima) el archivo de Word original donde el ex miembro del STJ guardó su “examen” para ser juez.
De los datos informáticos del archivo se desprende información muy valiosa. Por ejemplo que fue guardado “el 17 de septiembre de 2002 a las 20.59”, es decir, en el mismo momento en que Klass estaba rindiendo el “examen”. También que se lo hizo desde una “organización” llamada “Fiscalía”, probablemente por la Fiscalía de Estado.
Pero el dato clave, proporcionado por el programa Word, es el tiempo de edición del archivo, que fue de apenas 31 minutos.
Ese lapso es insuficiente, no sólo para elaborar un texto de 20 páginas (734 líneas, 132 párrafos, 7501 palabras) sino que tampoco alcanzaría para tipearlo completo.
“Necesariamente, dicho plagio se concretó mediante copiado informático del texto previamente traído o que le fuera aportado al ejecutor del plagio”, concluyó Rauch en su denuncia, dando a entender que Klass sabía del tema a abordar en el “examen” antes de concurrir a su entrevista en el Consejo de la Magistratura.
El concurso que concluyó con la elección de Klass como juez de la Corte finalizó el 23 de septiembre de 2002, hace casi once años. Pero las pruebas que demuestran un supuesto fraude en el proceso de selección aparecieron en 2009, hace cuatro años. Quienes las obtuvieron fueron los abogados Rauch y Aciar, a través de un mail llegado a la casilla de correo de su estudio jurídico.
Rauch, que había participado del concurso donde fue elegido Klass, formuló una denuncia penal patrocinado por Aciar. Allí acusó al ex presidente del STJ de haber cometido plagio, y de haberlo hecho para obtener de manera fraudulenta el cargo que luego ostentó.
En un dictamen conocido poco después, el fiscal Mayor Guillermo Massimi admitió la existencia de la copia del trabajo, aunque consideró que no se configuraba el plagio porque no había un perjuicio económico contra el autor real de la obra. Por eso la denuncia fue desestimada por la jueza María Cristina Barrionuevo.
Klass fue entrevistado en el concurso para ser juez del STJ el 17 de septiembre de 2002. Luego de finalizar la entrevista con los miembros del Consejo de la Magistratura, el hombre que se convertiría en el máximo jefe del Poder Judicial fueguino fue invitado a sacar un papel del interior de una caja de zapatos. En el papelito, supuestamente elegido al azar, figuraba el tema sobre el que debía elaborar un escrito. Los consejeros siguen llamando examen a este procedimiento, a pesar de que carece de los más mínimos controles de una evaluación y de que no es corregido ni merituado por ningún jurado académico.
Los cierto es que Klass, con el papelito en su poder, fue llevado hasta una oficina de la Fiscalía de Estado, cuyo edificio es lindante con el Consejo de la Magistratura, en la avenida Alem, a los fines de realizar su “examen” en soledad, con una computadora e impresora a disposición. Según el reglamento interno del organismo, el candidato disponía de cuatro horas para completar la tarea.
El abogado presentó un trabajo firmado de puño y letra, al que tituló “Naturaleza institucional de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.
Según la denuncia de Rauch en 2009, ese escrito es prácticamente idéntico, con el agregado de unos pocos párrafos, al que puede leerse en el libro “La Corte Suprema y el control político”, elaborado por el Dr. Alfonso Santiago (h) en 1998 como tesis doctoral y publicado por la editorial Ábaco.
Rauch explica que este tipo de plagio se conoce en doctrina como “inteligente”, porque no consiste en un mero “copiar y pegar”, sino que conlleva “la tarea intelectual de interpretación del significado y alcances del mismo, eliminando las frases y/o palabras que, en el contexto del trabajo presentado resultaban inconexas o inapropiadas a su criterio. Esta tarea demuestra que el denunciado sabía perfectamente lo que estaba haciendo y los alcances y consecuencias de sus actos, al punto que realizó un maquillaje del texto, modificándolo ligeramente y agregándole un par de párrafos propios para que el trabajo presentado no fuera una copia textual y total del texto plagiado”, razona el letrado.
El denunciante también hace hincapié en que al momento del concurso, en 2002, el libro de Santiago era muy conocido en la comunidad jurídica, por tratarse de uno de los pocos trabajos que abordaron el tema. Por ello, desliza como llamativo que desde ese momento y hasta la renuncia de Klass en 2006, en medio de una catarata de pedidos de juicio político, ningún consejero se haya dado cuenta del plagio.
“Ciertamente, una pesquisa dedicada y honesta acerca del denunciado, hubiera llevado a reactualizar su legajo personal existente en el Consejo, no pudiendo un abogado con experiencia en materia de gobierno y administración pública dejar de conocer y recordar el pensamiento y la doctrina expuesta y reseñada por el Dr. Santiago en una materia central relacionada con las funciones del Consejo de la Magistratura y advertir así el burdo plagio efectuado por el denunciado Klass”, se afirma en la denuncia judicial.
Pero la parte más contundente, y hasta ahora desconocida, de la acusación contra Klass, consiste en que el estudio Rauch y Aciar recibió por mail (desde una dirección anónima) el archivo de Word original donde el ex miembro del STJ guardó su “examen” para ser juez.
De los datos informáticos del archivo se desprende información muy valiosa. Por ejemplo que fue guardado “el 17 de septiembre de 2002 a las 20.59”, es decir, en el mismo momento en que Klass estaba rindiendo el “examen”. También que se lo hizo desde una “organización” llamada “Fiscalía”, probablemente por la Fiscalía de Estado.
Pero el dato clave, proporcionado por el programa Word, es el tiempo de edición del archivo, que fue de apenas 31 minutos.
Ese lapso es insuficiente, no sólo para elaborar un texto de 20 páginas (734 líneas, 132 párrafos, 7501 palabras) sino que tampoco alcanzaría para tipearlo completo.
“Necesariamente, dicho plagio se concretó mediante copiado informático del texto previamente traído o que le fuera aportado al ejecutor del plagio”, concluyó Rauch en su denuncia, dando a entender que Klass sabía del tema a abordar en el “examen” antes de concurrir a su entrevista en el Consejo de la Magistratura.
