Acusan a un albañil jujeño de 50 años, cuyo aspecto se parece al de un identikit, de ser el presunto secuestrador. Y dicen que otras cuatro personas que estaban con él ese día habrían ocultado información y mentido a la Justicia para encubrirlo.

Pasó un mes y Sofía sigue sin aparecer. El celular de su mamá, en el que su voz chiquita todavía le canta que Manuelita vivía en Pehuajó pero un día se marchó, sigue mudo. Pasó un mes y su papá sigue buscándola con baqueanos armados, guiado por los ojos de videntes que hasta la justicia sigue (ver "No se me pasa..."). Quienes rastrillaron la isla juran que no queda lugar por revisar. Pasó un mes y no hay detenidos, pero ayer el flamante abogado de la familia pidió a la Justicia de Río Grande la detención, como presunto autor del secuestro, de un albañil jujeño que ese domingo acampó cerca del camping donde desapareció Sofía. Pidió, además, la detención de otras cuatro personas que estuvieron con él por encubrimiento y falso testimonio.
Guillermo Gowland –Defensor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes de Tierra del Fuego– se enteró por los medios que la familia no tenía abogado. La familia lo designó como abogado, leyó la causa durante el fin de semana y ayer se presentó en el Palacio de Justicia de Río Grande con un escrito de cinco páginas: "Pedimos la imputación de un hombre que el domingo 28 de setiembre estuvo acampando cerca del camping, como autor del secuestro de Sofía", dijo Gowland a Clarín. "Me sorprendí al ver que en la causa consta que se parece en un 65% al rostro del identikit que se difundió y que reconoce tener un perro boxer marrón con el pecho blanco, igual al que tendría el hombre que se llevó a la nena", agregó.
El nuevo sospechoso es un albañil jujeño de 50 años, está casado y no tiene hijos.
Pasó un mes y el único dato concreto surge de lo que vio un nene de seis años, hermano del matrimonio que fue con los Herrera al camping ese domingo: un hombre vestido de negro que le tapó la boca a Sofía, la levantó y se la llevó en un auto Gol Gris de dos puertas con una parte blanca y otra negra –tuneado–. En el asiento trasero, había un perro boxer. Sofía quedó sentada al lado del perro, pero no lloraba, según consta en la causa. El nene dice que se acercó al auto y vio el color de las luces del tablero. Dos pericias psicológicas dieron credibilidad a su relato, aunque señalan que puede haber partes fabuladas.
El pedido también se fundamenta en las conclusiones de un informe psicológico –al que Clarín tuvo acceso–, sobre el albañil jujeño que sostiene que "sus rasgos de personalidad denotan profundos componentes psicopáticos, con conductas hostiles hacia el entorno". Dice que durante la entrevista tuvo una "actitud desafiante, alegando sus molestias por la intervención judicial" y que "fue escueto y evasivo" al hablar de él y tuvo constantes "argumentos defensivos" al hablar de la causa. La querella además, pidió la detención de otras cuatro personas que ese domingo acamparon con el albañil jujeño "por falso testimonio y encubrimiento". Son otro albañil de la isla chilena de Chiloé con antecedentes de abuso deshonesto (el que se conoció como primer sospechoso del caso) y tres familiares de él. "Estas personas mintieron. Algunas declararon primero que acamparon al lado del alambrado del camping, justo donde desapareció Sofía, pero después dijeron que acamparon a 45 kilómetros. Además, en todas sus declaraciones omiten mencionar al sospechoso pese a que estuvo con ellos", explica Gowland.
El informe psicológico evidencia cómo cambiaron sus declaraciones. Allí consta que dos de los hombres atestiguaron que ese domingo el sospechoso estaba "vestido completamente de negro", tal como el nene describió a quien se llevó a Sofía. Pero al día siguiente de la entrevista con los hombres, "todas las mujeres coinciden en sostener que estaba vestido con bombacha café, polerón azul, zapatillas negras y remera negra con rayas blancas". En el informe, concluyen que "por el modo en que las mujeres transmiten estas descripciones y lo selectivo del recuerdo (algunas no se acordaban como estaban vestidos los demás), el testimonio parece estar previamente acordado". Y las contradicciones siguen: según Gowland, el sospechoso declaró que él y otra persona se alejaron para buscar a otras dos personas que se habían ido a pescar, pero las mujeres dijeron que no, que en ningún momento se movieron del campamento.
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Guillermo Gowland –Defensor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes de Tierra del Fuego– se enteró por los medios que la familia no tenía abogado. La familia lo designó como abogado, leyó la causa durante el fin de semana y ayer se presentó en el Palacio de Justicia de Río Grande con un escrito de cinco páginas: "Pedimos la imputación de un hombre que el domingo 28 de setiembre estuvo acampando cerca del camping, como autor del secuestro de Sofía", dijo Gowland a Clarín. "Me sorprendí al ver que en la causa consta que se parece en un 65% al rostro del identikit que se difundió y que reconoce tener un perro boxer marrón con el pecho blanco, igual al que tendría el hombre que se llevó a la nena", agregó.
El nuevo sospechoso es un albañil jujeño de 50 años, está casado y no tiene hijos.
Pasó un mes y el único dato concreto surge de lo que vio un nene de seis años, hermano del matrimonio que fue con los Herrera al camping ese domingo: un hombre vestido de negro que le tapó la boca a Sofía, la levantó y se la llevó en un auto Gol Gris de dos puertas con una parte blanca y otra negra –tuneado–. En el asiento trasero, había un perro boxer. Sofía quedó sentada al lado del perro, pero no lloraba, según consta en la causa. El nene dice que se acercó al auto y vio el color de las luces del tablero. Dos pericias psicológicas dieron credibilidad a su relato, aunque señalan que puede haber partes fabuladas.
El pedido también se fundamenta en las conclusiones de un informe psicológico –al que Clarín tuvo acceso–, sobre el albañil jujeño que sostiene que "sus rasgos de personalidad denotan profundos componentes psicopáticos, con conductas hostiles hacia el entorno". Dice que durante la entrevista tuvo una "actitud desafiante, alegando sus molestias por la intervención judicial" y que "fue escueto y evasivo" al hablar de él y tuvo constantes "argumentos defensivos" al hablar de la causa. La querella además, pidió la detención de otras cuatro personas que ese domingo acamparon con el albañil jujeño "por falso testimonio y encubrimiento". Son otro albañil de la isla chilena de Chiloé con antecedentes de abuso deshonesto (el que se conoció como primer sospechoso del caso) y tres familiares de él. "Estas personas mintieron. Algunas declararon primero que acamparon al lado del alambrado del camping, justo donde desapareció Sofía, pero después dijeron que acamparon a 45 kilómetros. Además, en todas sus declaraciones omiten mencionar al sospechoso pese a que estuvo con ellos", explica Gowland.
El informe psicológico evidencia cómo cambiaron sus declaraciones. Allí consta que dos de los hombres atestiguaron que ese domingo el sospechoso estaba "vestido completamente de negro", tal como el nene describió a quien se llevó a Sofía. Pero al día siguiente de la entrevista con los hombres, "todas las mujeres coinciden en sostener que estaba vestido con bombacha café, polerón azul, zapatillas negras y remera negra con rayas blancas". En el informe, concluyen que "por el modo en que las mujeres transmiten estas descripciones y lo selectivo del recuerdo (algunas no se acordaban como estaban vestidos los demás), el testimonio parece estar previamente acordado". Y las contradicciones siguen: según Gowland, el sospechoso declaró que él y otra persona se alejaron para buscar a otras dos personas que se habían ido a pescar, pero las mujeres dijeron que no, que en ningún momento se movieron del campamento.
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